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El conflicto minero se agrava lejos de solucionarse. Los mineros, que han creído que tienen derecho a incendiar autopistas, tirar cohetes a los helicópteros y vapulear a alcaldes, no tienen planeado frenar sus hostilidades hasta que el Ejecutivo claudique y ofrezca los alrededor de 100 millones que se encuentran en la mesa para subvencionar al carbón.
Algunos empresarios han llegado a pagar un año antes el material para poder enseñar los bolsillos vacíos a los mineros
Pero los trabajadores, que defienden sus puestos de trabajo aunque sea mediante la violencia, no son conscientes de la realidad. La realidad es que los empresarios mineros (salvo honrosas excepciones) les han mentido, para azuzarles contra el Ejecutivo en una guerra de guerrillas sin cuartel. Muchas de las minas y de las empresas que les han enseñado las cuentas para demostrar que no tienen dinero han falseado esas cuentas. Algunas, incluso, han llegado a gastarse el dinero de las subvenciones en comprar un material que no llegará hasta el año que viene para enseñar los bolsillos vacíos a los trabajadores.
Lo cierto, es que muchas de las minas que dicen no ser rentables en la actualidad, lo son, y mucho. La técnica utilizada por los empresarios mineros es la de emplear el dinero de las subvenciones en descubrir capas grandes y fáciles de extraer, pero reservarlas para cuando se agote el maná público. Entretanto, extraen capas de menos de un metro, cuyo coste es más elevado para justificar los gastos. Aún así, este soplón ha podido saber que el coste de una tonelada de carbón puesta en la bocamina de una mina del Bierzo oscila entre 0,20 y 0,30 euros.
Una tonelada de carbón puesta en la bocamina de una mina del Bierzo cuesta al empresario entre 0,20 y 0,30 euros
Entretanto, los mineros, verdaderas víctimas de todo este tejemaneje, “hacen el juego” sin saberlo a los empresarios del carbón que realizan estas prácticas y destrozan infraestructuras que luego pagaremos todos. Los primeros en rendir cuentas en un conflicto laboral, como siempre, deben ser los empresarios, pero a ellos no se les piden. La Kale Borroka minera debe cesar, y los trabajadores deberían pedir cuentas a las personas indicadas: los empresarios, que se mantienen silentes.
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